El estreñimiento es un problema que todas las personas han sufrido en mayor o menor medida a lo largo de su vida. Las dificultades para llevar a cabo deposiciones de manera regular pueden tener un origen diverso y estar asociado a hábitos alimenticios y físicos deficitarios, a enfermedades o a otros problemas. El síndrome del intestino perezoso es uno de los síntomas más comunes entre aquellas personas que sufren de estreñimiento.
¿Qué es el síndrome del intestino perezoso?
El síndrome del intestino perezoso es el nombre popular que recibe el movimiento lento o débil de los músculos intestinales, también conocido como inercia colónica o colon atónico. No es una enfermedad. Se trata de un síntoma común caracterizado por el incorrecto funcionamiento de los músculos y nervios del colon. El colon es el principal encargado de derivar las heces que se acumulan en nuestro cuerpo para su expulsión. Por tanto, su funcionamiento irregular en el síndrome del intestino perezoso tiene como principal consecuencia el estreñimiento derivado del lento o nulo movimiento de las heces.
Entre sus causas más comunes pueden encontrarse:
- Una alimentación basada en hábitos poco saludables como beber poca agua o una deficiencia en la ingesta de alimentos con fibras. Los cambios bruscos en la dieta también pueden afectar al proceso digestivo e incidir en la aparición de los síntomas que definen el síndrome del intestino perezoso.
- Una vida sedentaria en exceso con una falta total de ejercicio físico.
- La reacción secundaria a la ingesta de determinados medicamentos. Los opioides pueden tener efectos secundarios sobre la digestión, relentizándola y causando estreñimiento. También los antidepresivos, anticolinérgicos y otros analgésicos pueden afectar al funcionamiento normal del colon.
- El uso prolongado de laxantes para defecar. Algunos laxantes pueden producir intestino perezoso y un uso prolongado de los mismos provoca que te cueste más defecar sin su ayuda.
- Determinadas enfermedades como la tiroides hipoactiva pueden también causar el síndrome del intestino perezoso.
- Afecciones del colon u otras características del mismo como su estrechez excesiva.
- El estrés es otro de los factores que afectan al normal funcionamiento de los sistemas de nuestro cuerpo.
- Cambios frecuentes en las rutinas, como los derivados de los viajes recurrentes, o hábitos inadecuados, como ignorar el deseo de evacuar durante periodos prolongados de tiempo.
Síntomas del intestino perezoso
Los síntomas del intestino perezoso suelen a menudo confundirse con otros problemas, pero una vez correctamente identificados, son fácilmente tratables. Entre los más comunes están:
- La sequedad de las heces. Puede además derivar en otros problemas como las hemorroides o las evacuaciones irregulares, difíciles o dolorosas. En casos extremos pueden producirse pequeños desgarros o lesiones en la zona anal.
- Sensación de evacuación incompleta o de que existe un bloqueo en la zona anorrectal.
- La hinchazón abdominal, los gases intestinales y las flatulencias frecuentes.
- El sufrir náuseas de manera recurrente.
¿Cuál es el tratamiento del intestino perezoso?
Una serie de hábitos saludables pueden ayudar a aliviar y prevenir el síndrome del intestino perezoso. Es importante determinar cuál es la causa que ha conllevado la aparición de los síntomas para ver cuál puede ser el tratamiento más útil para estimular el intestino perezoso. Con todo, entre los hábitos más sencillos que podemos seguir cabe destacar:
- Llevar una alimentación equilibrada. Una dieta para el tratamiento del intestino perezoso debe incluir abundantes frutas y verduras, especialmente aquellos alimentos que presentan alto contenido en fibra. Entre los alimentos beneficiosos para aliviar el intestino perezoso destacan las almendras, las pasas y verduras como la coliflor o el brócoli, pero también otros que contienen probióticos como el kéfir o el chucrut. La ingesta de laxantes naturales como el kiwi o el té verde puede ser también de ayuda. Deben evitarse aquellos otros alimentos con exceso de grasas y ultraprocesados.

- Hidratarse de manera continuada y regular. Es conveniente beber como mínimo dos litros de agua al día para mantener las heces hidratadas y evitar su endurecimiento.
- Realizar deporte moderado de manera frecuente. La actividad física regular activa la circulación sanguínea, y con ello mejora la digestión y normaliza el tránsito intestinal.
- Reducir los factores desencadenantes del estrés. El estrés altera los movimientos peristálticos del intestino, por lo que realizar yoga, ejercicios de meditación u otras actividades que liberen estrés contribuirá a mejorar el tránsito intestinal y a prevenir este síndrome.
- Mantener una rutina de actividades diarias continuada, como comer sin prisas y descansar el número apropiado de horas. También cambiar la postura al evacuar, adoptando con la ayuda de un reposapiés una postura similar a estar en cuclillas, puede contribuir a mejorar el tránsito intestinal.
- Utilizar un complemento alimenticio como Fuca Regularidad contribuye también a prevenir el síndrome del intestino perezoso. La tecnología bicapa posibilita una administración óptima de su combinación de activos naturales (frángula, alga de roca, altea) y vitaminas (biotina). Estos componentes ayudan a mantener en perfecto estado la mucosa del intestino, a protegerla de lesiones, estimular los nervios del intestino y con ello a regularizar el tránsito intestinal.