El embarazo supone una serie de cambios físicos, psicológicos y hormonales. Cada mujer vive el embarazo y parto de manera diferente; sin embargo, es muy común que se produzca estreñimiento después del parto.

¿Por qué se produce estreñimiento después del parto?
Durante el embarazo, el cuerpo sufre diferentes cambios físicos internos. Básicamente todos los sistemas se desplazan ligeramente para poder albergar al feto y posterior bebé; conforme este va creciendo, necesita mucho más espacio para poder desarrollarse. En consecuencia, la madre experimenta cansancio, dolores de espalda o estreñimiento, entre otros. Pero este último se prolonga incluso después del parto.
No importa si el parto es por cesárea o de forma natural, el estreñimiento terminará por aparecer en algún momento. ¿Por qué? Además de los cambios propios del embarazo, ten en cuenta que suele hacerse una preparación para el parto, que consiste en un lavado intestinal; además, durante el propio alumbramiento la mujer puede expulsar heces de forma involuntaria. Esto hace que el intestino se vacíe por completo, debido al esfuerzo, y lógicamente no acumule heces durante unos dos o cuatro días posteriores.
La epidural o anestesia que se le pone a las mujeres para aliviar las contracciones o para poder proceder con la cesárea puede ocasionar estreñimiento. También entra en juego un factor psicológico, y es que la mujer, al recibir puntos, tiene miedo de hacer grandes esfuerzos y romper las suturas. En consecuencia, el cuerpo se prepara y decide no evacuar.
El estreñimiento tras el parto puede prevenirse y aliviarse fácilmente, siempre y cuando se sigan una serie de recomendaciones y consejos.
Consejos para prevenir y aliviar el estreñimiento en el postparto
Es normal el estreñimiento después del parto, eso tienes que tenerlo muy claro. ¡No te alarmes! Si aún estás embarazada, puedes prevenir el futuro estreñimiento siguiendo una serie de pautas y cuidados. Recuerda que durante el embarazo es muy importante cuidar tu salud y alimentación, no solo por el bebé, sino por ti. ¡Así podrás disfrutar plenamente tu nueva maternidad!
Consume mucha fibra
Antes y después del parto toda mujer debe consumir suficiente fibra. Es un laxante postparto que no falla, pero debes incluirla en tu dieta no solo después de dar a luz, sino también durante el embarazo.
¿Cómo incluir fibra en tu dieta gestacional? ¡Es muy sencillo! Empieza por consumir muchas frutas, pero siempre comiendo la cáscara y bagazo de las mismas. La fibra está presente en la cáscara de muchas frutas como las manzanas y peras, pero hay otros alimentos que poseen grandes niveles de fibra laxante. Aquí se encuentran:
- Ciruela.
- Naranja.
- Papaya.
- Mandarina.
- Verduras.
- Cereal integral.
- Pan.
- Arroz integral.
- Avena.
¿Y por qué la fibra es tan buena laxante? Esto se debe a que tiene la capacidad de aumentar el volumen de las heces, es decir, permite que éstas cojan forma en el intestino; también facilitan su transporte, pero no lo hacen por sí mismas, necesitan una ayuda extra. Sigue leyendo.

Bebe mucha agua
Para que las heces, formadas gracias a la fibra, puedan desplazarse fácilmente por el intestino, es necesario que tengan un medio de conducción. Esto solo pueden conseguirlo a través del agua. Muchas mujeres suelen omitir el consumo abundante de agua durante el embarazo porque la gestación acarrea, de por sí, muchas idas al baño.
Ten en cuenta que el bebé, conforme crece, va haciendo presión sobre la vejiga; esto hace que tengas que orinar cada poco tiempo. Pero no pierdas de vista la importancia de beber agua. Esto se debe a que, si comes mucha fibra y las heces se han formado en el intestino, se quedarán allí sin poder desplazarse porque no cuentan con un fluido que las conduzca. Gracias al agua, las heces se ablandan y se convierten en una especie de gel que puede moverse fácilmente por el intestino.
Cuidado, porque si no bebes suficiente agua y comes mucha fibra, es posible que desarrolles hemorroides y son mucho más molestas y dolorosas que el estreñimiento. ¿Cuánta agua hay que beber? Lo más recomendable son entre dos y tres litros al día, pero esta cantidad puede aumentar en función del peso ganado durante el embarazo.
Incluye grasas buenas
Otra forma de ayudar al tránsito intestinal de las heces es consumiendo grasas buenas. Estas permiten que el intestino esté lubricado de forma constante y que las heces puedan desplazarse con mayor facilidad. Pueden incluirse en tu dieta diaria y tienen grandes beneficios para tu salud en general.
Aquí encontrarás alimentos como:
- Aceite de oliva. Si es virgen extra, mejor. Y debe consumirse crudo, es decir, sin freír ni calentar, pues pierde propiedades. Para ello, añade una cucharada a tu comida o cena; puede ser como aliño en ensaladas o, por qué no, en las famosas tostadas andaluzas de aceite y tomate para el desayuno.
- Aguacate. Es un alimento muy versátil y delicioso. Puedes comerlo en rodajas, acompañando pescados y carnes, pero también incluirlo en arroces. Y por supuesto, hacerlo en guacamole.
- Semillas de chía. Utilízalas para aliñar ensaladas o para espolvorear sobre pechugas de pollo e, incluso, en batidos de frutas.También puedes prepararte agua de chía, que se bebe muy rápido.
Utiliza un laxante vegetal
Después del parto y la lactancia, o si no das pecho al bebé, puedes probar Fuca Hydro-Enema. Es un laxante con extractos vegetales que protege y calma a la mucosa rectal. Podrás aliviar las molestias e irritaciones ocasionadas por el estreñimiento, mientras las heces se ablandan para favorecer su evacuación. Dentro de sus activos encontrarás aloe, malva y altea. Al ser un producto que no pueden consumir mujeres embarazadas ni lactantes, consulta con tu doctor para saber si puedes utilizarlo después del parto.